EDITORIAL
Los nuevos comienzos también
son cosa del tiempo
Sarah Serfaty
2 de mayo de 2025
Un poco obvio que, de ahora en adelante, todo lo relacionado con Tempus estará proporcionalmente conectado al tiempo —y, claro está, a las máquinas con las que lo medimos—; pero, ante la obviedad, no nos queda otra que celebrar que, finalmente, tres seres humanos con una idea encontraron el tiempo —sí, otra vez esta referencia—, la voluntad y la fórmula para materializarla.
He aquí que, tras un hiato de unos cuantos años, todos volvamos al camino que nos abrimos cuando éramos tres jóvenes estudiantes. Volvemos por el simple hecho de que podemos y queremos. “El buen hijo siempre vuelve a casa”, o eso dicen...
¿Por qué relojes? La respuesta es tan simple y descarada como: ¿por qué no? Un mundo extremadamente fascinante, curioso, completo, atractivo y tan lleno de magia, tiene que ser explorado a nuestra manera.
Y cuando hago referencia a la magia, no lo digo como algo intangible ni poco trascendental. ¿O es que la tecnología y sus avances no nos han parecido magia a la humanidad cada vez que subimos un escalón en esa escalera infinita del saber?
¿No le habrá parecido a Carolina Murat mágico aquel pequeñísimo y complejo reloj —regalo de su hermano, el nada más y nada menos que poderoso Napoleón Bonaparte— montado en una pulsera de hilos de oro trenzados? Imposible saberlo. Pero a quien seguramente sí le pareció mágico fue a su creador, Abraham-Louis Breguet, que por aquellos tiempos, en 1810, tal vez no imaginó —o tal vez sí— que estaba creando el primer reloj de pulsera de la historia.
Así que, para nuestro deleite —y el de nuestros lectores—, henos aquí, con ganas de seguir descubriendo la magia relojera, que, a fin de cuentas, es una pasión y un arte que no tiene hora.
¡Bienvenidos a nuestra nueva era!