
Tudor Black Bay Chrono Carbon 25:
un cronógrafo en carbono que redefine la relojería deportiva
28 de agosto de 2025
En la recta de un circuito, el tiempo se mide en fracciones de segundo y cada gramo cuenta. Esa misma lógica guía al Tudor Black Bay Chrono Carbon 25, cuya caja de 42 mm en fibra de carbono lo convierte en una pieza ligera y robusta al mismo tiempo. El bisel fijo con escala taquimétrica en el mismo material subraya su vocación de precisión, mientras que el fondo de titanio con acabado PVD y la correa híbrida de caucho y cuero —con textura que evoca la huella de un neumático slick— refuerzan su carácter de carrera.
Con resistencia al agua de hasta 200 metros, el Carbon 25 está pensado para acompañar tanto en pista como fuera de ella y demuestra que la fibra de carbono en relojería no es un recurso estético, sino un auténtico ejercicio de ingeniería aplicada.
Esfera de inspiración automovilística
La esfera “racing white”, ligeramente abombada, se inspira en la estética del Visa Cash App Racing Bulls F1 Team, socio de Tudor en la F1. Los subcontadores negros con acabado en fibra de carbono recuerdan a los materiales de competición y aportan contraste visual. Las agujas Snowflake, icono de la casa desde 1969, se reinterpretan en negro con luminiscencia Swiss Super-LumiNova® grado A, garantizando legibilidad inmediata incluso en escenarios muy oscuros.
Cada elemento estético tiene una razón de ser: evocar el mundo del automovilismo y, al mismo tiempo, asegurar que el reloj funcione como un verdadero instrumento profesional.
Calibre MT5813: precisión certificada
En el corazón del Carbon 25 late el Calibre de Manufactura MT5813, fruto de la colaboración entre Tudor y Breitling. Este movimiento cronógrafo con embrague vertical y rueda de pilares está certificado por el COSC, ofrece una reserva de marcha de 70 horas y se ajusta por encima de los estándares oficiales; Tudor regula cada pieza para garantizar una desviación de solo -2/+4 segundos diarios.
El uso de espiral de silicio amagnético refuerza la fiabilidad, mientras que el rotor monobloque de tungsteno satinado y los puentes finamente decorados confirman que la técnica y la estética caminan juntas.
Espíritu Black Bay y herencia Tudor
El Carbon 25 prolonga más de cinco décadas de cronógrafos Tudor. Desde el Oysterdate de 1970 hasta la actual línea Black Bay, la marca ha mantenido un diálogo constante entre tradición e innovación. La disposición bicompax de los contadores, la corona con la rosa Tudor en relieve y las referencias estéticas al automovilismo histórico anclan este modelo a la herencia de la casa, mientras que el uso extensivo del carbono marca un salto tecnológico.
Edición limitada de 2025 piezas
Solo se fabricarán 2025 ejemplares, cifra que celebra el año en que Tudor consolida su vínculo con la Fórmula 1 a través del Racing Bulls Team. Cada reloj lleva grabado en el fondo de titanio su número individual, detalle que lo convierte en objeto de colección para entusiastas del automovilismo y de la relojería técnica.
Más que un homenaje al deporte, esta pieza es la cristalización de la filosofía “Born to dare”: audacia, herencia y tecnología en una sola caja. Un reloj que no solo mide el paso del tiempo, sino la intensidad con la que se vive cada segundo.




