En el mundo de la alta relojería existen marcas fácilmente identificables por su estilo y el tipo de relojes que diseñan. Unas más y otras menos obvias sirven de referencia para ciertas actividades, deportes o hobbies, pero difícilmente hay una marca con un estilo tan arraigado como el de Ulysse Nardin y su nexo con el mundo marítimo. Desde los colores hasta los materiales y, por supuesto, sus funciones, la mayoría de los relojes de Ulysse Nardin son una oda al mar y el Marine Mega Yacht no es más que otro modelo que reafirma que el ADN de esta casa se mantiene, como casi siempre, fiel a su especialidad.

Este modelo es el digno sucesor del reloj Marine Grand Deck Tourbillon lanzado en 2016 que rendía homenaje a los veleros, y se une a una larga estirpe de máquinas que traducen en una muñeca la expresión del lujo náutico contemporáneo.

​

Los fabulosos 30

Como si de un mega yate de lujo se tratara, este guardatiempo se ha diseñado de forma excepcional para despertar el deseo en esos dueños de embarcaciones que de forma constante buscan el siguiente hito tecnológico y que, claro está, valoran una pieza única como esta, que es una edición limitada de 30 piezas hechas en platino. Su caja de 44 mm alberga el calibre mecánico de cuerda manual que además es visible gracias al reverso transparente. Como detalle especial, el propietario de este modelo podrá grabar en el cartucho ubicado en el flanco de la caja el nombre o lema de su embarcación.

​

Mecánica pura

504 piezas conforman el motor que da vida a este reloj que tiene una capacidad de reserva de marcha de 80 horas. La hora se presenta en forma analógica y sencilla, porque, seamos sinceros, en esta máquina podría decirse que es lo menos relevante.

​

La obviedad como homenaje

La esfera en 3D decorada con esmalte Grand Feu captura la mirada gracias a su tono azul profundo y da comienzo a lo que podríamos interpretar como el viaje exploratorio de este reloj. A simple vista se encuentra el tourbillon volante, que en un guiño a la temática ha sido dotado en una jaula que se inspira en una hélice. A esta función se le unen una representación de la luna —para controlar las fases lunares— con una superficie ultra detallada ubicada a las 9, un indicador de mareas y hasta un ancla que se iza con una cadena ubicada a las 12 y que indica la reserva de marcha. Su correa en piel, por supuesto, es también de color azul marino.